viernes, 11 de enero de 2013

DIANA Y ACTEÓN

Acteón era un vigoroso cazador, hijo de Aristeo y Autónoe. Después de una jornada de caza, se adentró en un bosque para descansar un rato. Allí había un pequeño valle con un lago donde Artemis acudía a bañarse. Se hallaba rodeada de sus ninfas, que la estaban lavando. Entró en la gruta, ya que era un lugar fresco pero Acteón al ver a las ninfas, ellas gritaron tapando con sus cuerpos a Artemis. Pero Artemis, levantó muy altiva la cabeza y clavó la mirada al intruso, el cual permanecía inmóvil, sorprendido y deslumbrado por esa belleza. Ella lo llamó desgraciado y cogió agua con la mano y se la roció en la cara a la vez que le decía : ¡ ve y cuenta, si puedes a los humanos lo que has visto! El muchacho salió corriendo, a la vez que se estaba convirtiendo en un ciervo, le empezó a salir cuernos de su cráneo, en pezuñas las manos... Mientras luchaba entre el temor y la vergüenza sus perros lo avistaron. De repente toda la jauría se lanzó contra él y le clavaron sus dientes contra sus carnes. Sus amigos buscaban a Acteón para que viera la pieza que habían cazado sus perros mientras él pobre Acteón rendía el alma. Sus perros echaban de menos a su amo y fueron a buscarle llegando a la ruta de Quirón donde había un modelado de Acteón a bronce y al descubrirla se lanzaron sobre ella y le lamieron manos y pies mostrando mucha alegría como si hubieran dado con él.




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