jueves, 13 de junio de 2013

NARCISO Y ECO




Había una vez un joven llamado Narciso. Su madre, ansiosa por averiguar el destino de su hijo, 

consultó al adivino ciego Tiresias. Le preguntó que si viviría hasta que fuera anciano y Tiresias le 

dijo que hasta que no se conociera al él mismo por lo que la madre aseguró de que su hijo no se 

viera en el espejo. El joven era un bello muchacho que se ganaba la confianza en sí mismo por lo que 

las reacciones de la gente aunque el no hubiera visto nunca.Se convirtió en un joven absorbido por su 

propia persona. Un día caminando por el bosque se encontró a Eco, una ninfa a quien hera le había 

castigado por hablar demasiado y no podía hablar excepto para responder a la voz del otro. Eco se 

enamoró de Narciso, ella lo peseguía para poder hablarle, él le dijo que no podía pasar nada entre 

ellos. Y se fue a la laguna para beber agua cuando vio reflejada su cara y se enamoró de sí mismo. 

Pasaba noches sin dormir y sin comer, y se murió mirando su imagen. Lo convirtieron en una flor que 

ahora lleva su nombre






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